Miguel Jobe fue el único concejal que disertó en las audiencias públicas sobre la pirotecnia en Escobar. Recordó un proyecto que quedó trunco a nivel nacional cuando era diputado. «No hablo sin fundamentos», comentó.

Entre los funcionarios que disertaron en la tercera y última jornada de las audiencias públicas que se llevaron adelante hasta el jueves en el Concejo Deliberante, estuvo Miguel Jobe, quien fue el único edil en anotarse para hablar, además de ser quien tomó la posta en diciembre sobre el tema, ante el reclamo vecinal y bregó por la prohibición de la pirotecnia ruidosa.

«Hay un trabajo que han realizado muchísimos vecinos, celebro que esto pueda ser posible. Debo decirles que esto no es nuevo para mí, en el año 2002 en virtud de que había sido diputado nacional presenté un proyecto de prohibición en todo el territorio argentino la venta juegos de artificios de entretenimiento. Fue el 16 de abril de 2002. El proyecto fue girado a Comercio, y luego a la Secretaría del Interior, pero la presión de la cámara de fabricantes de pirotecnia hizo que este proyecto se cayera», recordó el concejal.

«Tengo todo guardado, no hablo sin fundamentos, cuando los vecinos se manifestaron en esto no dudé ni un minuto en apoyarlos, además que venía de la sociedad, nuestra función es representar a la sociedad», añadió.

Jobe también hizo hincapié en el sector industrial, con representantes también en el recinto. «La industria de la pirotecnia puede reconvertirse cuando hay intensión, que los ruidos se los banquen otros países, no la Argentina. Quiero ser claro: si tenemos que sacar tasas para las industrias especialmente para estas cuestiones lo vamos a hacer, porque no queremos que nadie pierda trabajo. Queremos que todos podamos vivir en paz. Hay que concientizar, así como pasó con el cigarrillo debe pasar con la pirotecnia».

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