Se quemó una casa de familia con cuatro hijos y la Asociación Civil Bicentenario, tras enterarse de lo ocurrido, se solidarizó y la reconstruye.

Una cooperativa de trabajo, conformada por humildes y solidarios obreros que se encargan del saneamiento, se puso al hombro una tarea por demás elogiable. Una casa donde habitaba una familia con 4 hijos, se incendió en el barrio Phillips de Escobar. Esa gente perdió todo, sufrió mucho, pero Dios puso su mano sobre ellos y una cooperativa de trabajo de la zona se solidarizó.

En pocos días le van a construir nuevamente la vivienda, con el trabajo y los recursos de la cooperativa, en un gesto que emociona y pone de relieve que la solidaridad entre la gente humilde es un valor ineludible de esa clase social a la que tanto debería mirar la dirigencia política argentina.

La familia afectada, los vecinos y amigos, trataron de despertar el interés por ayudar a la reconstrucción del hogar destruido. Julio, encargado de la cooperativa, dijo al respecto: “Nos une la solidaridad con los que menos tienen, nos da un poco de bronca que ningún dirigente se acerque a ayudar ya que muchos se llenan la boca hablando de los más humildes, pero para muestra basta un botón. La iniciativa solidaria no logró llegar al corazón de ninguno de los dirigentes de ningún espacio político”.

Entonces llegaron los cooperativistas solidarios y pusieron rápidamente manos a la obra. La reconstrucción ya está en marcha y la esperanza de una sociedad mejor ilusiona a los que ven en esta obra un gesto de amor de características sociales ejemplares e imitables. Solo falta que ese sentimiento penetre en las entrañas de la dirigencia política, que parece seguir inmune al dolor y la desidia que padecen millones de argentinos.