A 46 años del golpe cívico- militar, ¡la deuda es con el pueblo!
Después de dos años de pandemia este 24 de marzo va a volver a encontrar a la militancia popular en las calles por memoria, verdad y justicia. Por Nacho de Vedia (*).
La última dictadura cívico militar que se inició en 1976 tuvo un principal objetivo que debemos recordar: instaurar un nuevo modelo económico en Argentina y en la región, el modelo neoliberal. Este modelo nunca hubiese sido elegido democráticamente, los altos grados de organización y conciencia política del pueblo argentino hacían imposible una restauración conservadora a la medida que Estados Unidos, el capital transnacional y las clases dominantes argentinas pretendían. El Plan Cóndor fue la forma que encontró el imperialismo para detener los procesos populares en el continente. Solo mediante la fuerza, las torturas, las persecuciones, desapariciones y toda la maquinaria de terror que descargó el Estado fue posible llevar adelante un proceso de transformación económica, política y social que le diera paso al neoliberalismo.
Llegaba entonces el disciplinamiento a la clase trabajadora en su conjunto, la desindustrialización, la desregulación, las privatizaciones y distintas medidas económicas que generaron una transferencia de ingresos sin precedentes hacia las grandes corporaciones. Como anunciaba Walsh un año después del golpe de Estado: “En la política económica de ese Gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes, sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada” .Vale la pena recordar la complicidad civil, eclesiástica y empresarial. La dictadura estatizó la deuda privada haciendo pagar a las mayorías populares la deuda tomada por grandes conglomerados empresariales, entre quienes se encontraban Pérez Companc, Techint, SOCMA de la familia Macri, entre otras. La historia siguiente es conocida: la vuelta a la democracia, los condicionamientos del FMI, el triunfo de Menem, la política de alineamiento a Estados Unidos, y una serie de medidas políticas y económicas que consolidarán el neoliberalismo y nos llevarían a la crisis del 2001.
Este 24 de marzo nos encuentra en un contexto difícil para nuestro pueblo. Durante el macrismo se tomó la deuda externa más grande de la historia argentina: 45 mil millones de dólares, violando el propio estatuto del FMI. No podemos dejar de mencionar que el Fondo Monetario Internacional no es solo un organismo multilateral de crédito: es la herramienta que tienen las grandes potencias occidentales, lideradas por Estados Unidos, para direccionar las políticas económicas de los países en desarrollo. La intencionalidad del Fondo es profundamente política: se trata de recortar la soberanía económica, la posibilidad del Estado para decidir cómo va a utilizar y distribuir sus propios recursos. No se trata de un actor neutral del escenario internacional, el FMI tiene intereses geopolíticos, ejemplificados de manera muy clara en los desembolsos que le realizaron al gobierno de Macri durante el 2019 para que gane las elecciones presidenciales y de esa manera garantizar la profundización de las políticas neoliberales implementadas. Los 45 mil millones de dólares no fueron invertidos en el país, sino que fueron fugados al exterior por grandes grupos económicos concentrados que encontraron un negocio rentable en una estafa al pueblo argentino. El mecanismo de endeudamiento y fuga de capitales no es nuevo en nuestro país, sino que podemos encontrar grandes coincidencias y continuidad en las gestiones económicas de los gobiernos de la dictadura y del menemismo, expresados en los ministros de economía Martínez de Hoz y Cavallo.
El ciclo de endeudamiento y fuga debe ser investigado: el pueblo tiene derecho a saber quienes, con nombre y apellido, se fugaron 45 mil millones de dólares al exterior, bajo qué mecanismos, y quienes son los responsables políticos de permitir que unos pocos se enriquezcan a costa del empobrecimiento y endeudamiento del Estado.
No pueden ser otra vez los sectores populares y las clases medias quienes paguen esta deuda.
Para nuestro distrito el 24 de marzo tiene especial importancia. En Escobar el genocida Luis Abelardo Patti, fue intendente en dos ocasiones durante el menemismo. La impunidad y la continuidad de los actos de terror más impensados siguieron sucediendo en nuestro distrito, ya bien avanzada la democracia. En 2011, Patti fue condenado a prisión perpetua por los secuestros, torturas y asesinatos de Gastón Gonçalves y Diego Muniz Barreto y otros delitos de lesa humanidad cometidos contra Juan Fernández, Carlos Souto, Luis y Guillermo D’Amico y Osvaldo Ariost. En 2016, fue condenado a otra prisión perpetua por el secuestro y asesinato de los militantes Osvaldo Cambiasso y Eduardo Pereyra Rossi. Desde 2017, el genocida cumple su condena en su casa del Country Septiembre.
Tenemos el desafío de reconstruir nuestra historia, y de hacer realidad el sueño por el que lucharon los 30 mil compañerxs detenidxs desaparecidxs.
Nuestra generación militante está inscripta en un contexto de resistencias frente al modelo neoliberal. Con la fuerza que nos da la historia, retomando nuestros mejores legados históricos y de lucha, seremos forjadores de nuevos tiempos.
¡La deuda es con nuestro pueblo!
(*) Nacho de Vedia – docente, politólogo y militante del Frente Patria Grande