Advierten por nuevas formas de promoción y comercialización de bebidas alcohólicas
El defensor del Pueblo Adjunto de la provincia de Buenos Aires expresó su preocupación ante la aparición en supermercados de tragos a base de ron, de alta graduación alcohólica, en envases Doypack de 285 ml.
Son bolsas de plástico selladas, diseñadas para estar de pie, que incluyen la leyenda “opción ideal para las previas”, claramente orientada a los jóvenes. Se venden a precios por debajo de lo que cuesta una botella de gaseosa. Este tipo de envases también se usa para comercializar repuestos económicos de distintos productos de limpieza.
Desde el órgano constitucional, cuya función es la defensa de los derechos individuales y colectivos de las/los habitantes bonaerenses, también se puso la lupa sobre el crecimiento alarmante de alcohol etílico destinado a la fabricación de bebidas destiladas como ron, vodka y tequila: se incrementó más de 400% en sólo un año, según datos del Instituto Argentino de Vitivinicultura, dependiente del Ministerio de Agroindustria de la Nación.
Concretamente, en 2017 se importaron casi 10,5 millones de litros más que en 2016, lo que implicó una suba de 270%. A su vez, la fabricación de bebidas destiladas fue el destino del alcohol destilado importado que más creció en ese año: 444% contra 2% de otras bebidas alcohólicas, 31% de vinagre y -3% de productos alimenticios.
Por otra parte, desde el Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la Defensoría del Pueblo, a cargo de Walter Martello, se alertó sobre estrategias comerciales destinadas promover el consumo de tragos de alta graduación alcohólica entre los jóvenes, especialmente mujeres. Por ejemplo, un boliche de La Plata, que fue clausurado el pasado fin de semana, luego de que se registrara un supuesto caso de abuso sexual, promocionaba en su página de facebook que las mujeres podían beber tragos sin cargo hasta las 3 AM, mientras que los hombres solo debían pagar $70.
La Ley 14.879 de la provincia de Buenos Aires no deja lugar a dudas: “Prohíbese el expendio o promoción de bebidas alcohólicas cualquiera sea su graduación, en la modalidad conocida como “canilla libre” en locales bailables, confiterías bailables, discotecas, discos, salas y salones de baile, clubes, pubs y bares. Se entiende por “canilla libre” a la entrega ilimitada ya sea en forma gratuita o mediante el pago de un precio fijo previamente concertado”.
“Desde el Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la Defensoría del Pueblo ya habíamos dado a conocer nuestra preocupación por la comercialización tragos en cápsulas muy similares a las que se usan en las máquinas de café. Este tipo de productos se pueden comercializar de esta manera porque en la Argentina existe un vacío legal. Las leyes vigentes de prevención del alcoholismo y de control de ventas de bebidas alcohólicas han quedado obsoletas”, explicó Martello.
El Defensor del Pueblo Adjunto advirtió por el fuerte impacto de los tragos, hechos en base a bebidas destiladas como ron y vodka, en el consumo juvenil. Un estudio del Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos determinó que el 22,4% de los más de 700 jóvenes que fueron consultados, consumen ron, vodka y tequila. Este tipo de bebidas se ubicaron en el tercer lugar de las preferencias, sólo por debajo del fernet (28,4%) y la cerveza (24%).
La experiencia chilena
Martello remarcó que en Chile existe una ley que obliga a los fabricantes de bebidas alcohólicas o de fantasía a expender sus productos en “envases transparentes”, con el objetivo de facilitar la fiscalización. A su vez, la norma estipula: «En ningún caso los productos podrán ser envasados para su comercialización en sobres o bolsas susceptibles de ser ocultados con facilidad por el portador».
“En Chile, viene adoptando una política de estado en cuenta a la prevención del alcoholismo que es un ejemplo a seguir porque ha tenido muy buenos resultados. A punto tal que ha logrado reducir el consumo per cápita. Se trata de un plan que se puso en marcha en 2014 y que, entre otras medidas, implicó un aumento en el gravamen que el Estado aplica a la venta de bebidas destiladas, cuya alícuota pasó del 27% al 31,5%. En cambio, en nuestro país, el impuesto aplicado a la venta de bebidas espirituosas es actualmente del 26%.
Los resultados de la política impositiva de Chile están a la vista: un informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) difundido el año pasado mostró que en el país transandino se consumen 9 litros de alcohol per cápita, lo que significa una caída respecto de la anterior medición, que había registrado una ingesta anual de 9,6 litros.
Como contrapartida, en los tres primeros lugares del ranking de consumo de alcohol quedaron: Canadá, con 10 litros per cápita; Estados Unidos, con 9,3 litros y la Argentina, con 9,1. En 2010, Chile tenía indicadores de consumo por encima a los de nuestro país.