Análisis comparativo de sistemas electorales de Argentina y los Estados Unidos
Argentina y Estados Unidos realizan su renovación presidencial con un año de diferencia. La victoria de Mauricio Macri en Argentina a fines del 2015 tendrá su acompañamiento con la renovación presidencial estadounidense, cita para el día 8 de noviembre del 2016. Por Facundo Despo (*).
A pesar de ambos países sostener una organización federal, separados en Estados o Provincias, y ambos sostener la figura presidencial como máxima autoridad, hay diferencias en el mecanismo de selección del mismo. La complejidad de estos mecanismos de selección de representantes condiciona en gran medida las estrategias políticas electorales que desarrollarán los líderes de los partidos políticos de ambos países, siendo un aspecto destacado, la inexistencia de representación de minorías en el sistema electoral estadounidense.
Estados Unidos elige para su selección de legisladores el sistema uninominal mayoritario, que es el sistema que adopta Argentina para la selección de sus cargos ejecutivos: el único cargo en disputa lo gana el candidato con mayor cantidad de votos. Para la elección presidencial, Estados Unidos adopta el sistema de votación semidirecto, votando electores para un Colegio Electoral, sistema que Argentina abandonó en el año 1994 con la Reforma Constitucional.
De ambos países, solo Argentina aplica el Sistema D´hont para reparto de cargos a cuerpos colegiados, conformando órganos legislativos con pluralidad de partidos.
Existen otros varios aspectos a destacar de los sistemas de votación de ambos países. Se detallan a continuación.
OBLIGATORIEDAD DEL VOTO
El nivel de participación no se modifica demasiado respecto a los promedios registrados para ambos países. Argentina registra valores estáticos desde el regreso de la democracia en el año 1983, rondando el 80% de la participación. El voto en Argentina es obligatorio.
En Estados Unidos en cambio, donde el ejercicio del voto no es obligatorio, el nivel de participación tiende también a ser estático pero habiendo menor participación en los turnos electorales legislativos (40%), y mayor participación en los turnos electorales presidenciales (55%).
En términos concretos, en Argentina donde el voto es obligatorio se registran mayores índices de participación electoral que en Estados Unidos donde el ejercicio del voto no es obligatorio.
EL PRESIDENTE – DIRECTO O SEMIDIRECTO
Estados Unidos sostiene el sistema de votación semi-directo por medio de colegio electoral, sistema que Argentina abandonó luego de la reforma del año 1994 cuando se determinó que el presidente y su vice sean elegidos por voto directo.
En Argentina, la única forma de obtener la presidencia es obtener la mayor cantidad de votos, que puede ser la mayoría absoluta, o mayorías relativas cumpliendo algunos requisitos para evitar el ballotage. El voto es directo.
En Estados Unidos la presidencia la obtiene el candidato que consiga una base de 270 electores, los cuales son determinados según los congresales de cada uno de los Estados, al cual se le asigna una cantidad de electores igual a la suma de sus miembros en la Cámara de Representantes y en el Senado, más Washington DC con 3 electores pero sin representación en el Congreso (538 totales).
Todos los estados tienen un mínimo de 3 electores, que corresponden a los 2 senadores y 1 Representante que tienen de base. El número de electores es corregido según los resultados que arrojen los censos nacionales, los cuales modifican la cantidad miembros a la Cámara de Representantes por Estado. Este número está fijado en 435.
LAS PRIMARIAS
El derecho electoral argentino otorga a los ciudadanos la posibilidad de votar en las elecciones primarias de las fuerzas que compiten por algún cargo, las denominadas PASO: Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias. Se celebran en todo el país en simultáneo, los ciudadanos pueden votar el candidato de cualquier partido/frente, y son obligatorias.
Las fórmulas y candidatos no pueden ser modificadas una vez proclamados los ganadores de las internas, pues todos los cargos se presentan en las primarias. A su vez, es necesario cumplir con el requisito de obtener el 1.5% de los votos, sumando la totalidad de las corrientes internas. Las candidaturas que no cumplan este requisito en alguna categoría son eliminadas de la elección general para esa categoría.
Las primarias estadounidenses no son obligatorias, y se celebran de manera interna para cada partido. No se vota en simultáneo, sino que cada Estado vota en fechas distintas según el calendario que definen Demócratas y Republicanos, habiendo días en los cuales muchos Estados celebran las elecciones internas de ambos partidos de manera simultánea.
Cada estado otorga electores a los candidatos de manera independiente, según el criterio que haya definido para adjudicarlos. Esta adjudicación depende del resultado obtenido y puede ser proporcional, proporcional con piso, la totalidad de los electores por mayoría simple, y otras mixtas en cuanto a distritos del Congreso y voto total.
Es decir que obtener la mayor cantidad de votos no implica obtener la mayor cantidad de electores, pues en cada Estado se vota de manera independiente, y existen además electores con libertad de acción.
La fórmula presidencial se completa luego de haberse proclamado el ganador de las elecciones internas, marcando una clara diferencia con el sistema Argentino donde el binomio presidente-vice debe superar los requerimientos de las PASO.
EL SISTEMA DE PARTIDOS Y ELECCIÓN UNINOMINAL – SISTEMA D´HONT
El mecanismo electoral estadounidense para todos los cargos electivos ha fortalecido el bipartidismo: los cargos son uninominales que se obtienen por mayoría simple. Es decir, no se considera el reparto de bancas por sistema D´Hont, tal como sucede en Argentina. Debido a que la totalidad de las bancas a renovar se circunscriben a circuitos electorales, no hay consideración para las fuerzas minoritarias. Absolutamente todas las competencias electorales son para ganar.
Esto genera situaciones inexistentes en Argentina, en los cuales a pesar de los liderazgos personales que se generen dentro de uno u otro partido, casi nadie que aspire a ganar el cargo compite por fuera de las estructuras tradicionales, porque la misma estructura de competencia, primero por primarias, y separadas por distritos electorales, le garantiza protagonismo a cada uno de los contendientes para el distrito en el que se presenten.
El sistema D´hont para entrega de bancas en Argentina permite a partidos pequeños obtener al menos una de las bancas que se disputan en el distrito, porque la selección es por pluralidad de cargos. Este mecanismo, además del espacio igualitario en la propaganda política a cargo del Estado otorga a los partidos pequeños remotas posibilidades de alzarse con algún triunfo, frente a los grandes aparatos de los partidos tradicionales.
DIPUTADOS Y REPRESENTANTES – CIRCUITOS ELECTORALES
La Constitución Nacional argentina establece cantidades mínimas de Diputados Nacionales por provincia, y permite la corrección de este número según aumente la cantidad de habitantes de esa provincia, dato que se obtiene del Censo Nacional. Pero en la práctica no ha habido actualización desde el año 1983 con el regreso de la democracia, que sumado a la aplicación de leyes dictadas en gobiernos de facto, confluyen en un Congreso con 257 diputados nacionales, los cuales subrepresentan o sobrerepresentan la provincia por la cual son electos, dependiendo el caso.
Un claro ejemplo es el caso de la provincia de Buenos Aires, la cual concentra la mayor cantidad de habitantes, y a pesar de que la cantidad de habitantes aumentó en un 33%, la representación parlamentaria no se modificó.
El sistema estadounidense, por su parte, determina la cantidad fija de representantes en 435, los cuales serán distribuidos en circuitos electorales y son corregidos según los resultados de los Censos. Esto significa que cada 10 años, se pueden rediseñar los Distritos Electorales, que dependiendo la cantidad de habitantes, puede derivar que un Estado gane un representante, y que otro lo pierda, debido a la fluctuación en la cantidad porcentual de habitantes.
Esto también marca una diferencia respecto al sistema argentino en el cual expresamente se establece que una provincia no puede reducir la cantidad de Diputados Nacionales a elegir, incluso aunque la cantidad de habitantes en esa provincia haya disminuido.
SENADORES
Las Provincias de Argentina y los Estados que componen el país norteamericano responden a la representación federal que adopta el país para su administración interna. La representación al Senado Nacional cumple esa lógica otorgando a cada Estado/Provincia la misma cantidad de representantes; 2 senadores por estado en USA y 3 senadores por provincia en Argentina. La gran diferencia persiste nuevamente en el mecanismo en que se seleccionan.
Mientras que en Argentina las 3 bancas son renovadas en el mismo período electoral, en Estados Unidos las bancas al senado se renuevan de a una en períodos distintos. Por un lado, Argentina otorga 2 bancas a la lista más votada y 1 a la segunda más votada, garantizando la presencia de la minoría; por su parte en Estados Unidos la única banca que se pone en juego en el turno electoral la obtiene el candidato más votado, dejando a las demás fuerzas con las manos vacías.
RENOVACIÓN DE LAS CÁMARAS – DURACIÓN DE LOS MANDATOS
Encontramos aquí también similitudes y diferencias respecto a la forma en la que se renuevan las Cámaras.
Los mandatos de los Diputados de la Nación Argentina son de 4 años, y la Cámara se renueva de a mitades cada dos años. Esto garantiza que durante su mandato, un diputado conviva con legisladores electos en un período electoral de renovación ejecutiva, y con legisladores electos en un período de renovación legislativa. Por lo cual, puede entenderse que la Cámara de diputados de la Nación Argentina involucra el debate entre los representantes de los intereses de la ciudadanía en 2 instancias electorales distintas, con mayorías transitorias, y con recambio (o reelección) presidencial.
Los Diputados Nacionales argentinos tienen un mandato de 4 años, y son elegidos por provincia, con pluralidad de cargos: todos los cargos puestos en juego se eligen en simultáneo, y se aplica el sistema D´Hont para la asignación de las bancas, pues la provincia se define como Circuito Electoral único.
Los miembros de la Cámara de Representantes estadounidense tienen mandato por 2 años; la Cámara se renueva completa en cada turno electoral. A pesar de que los Representantes son electos por Estado, son votados por Circunscripción electoral. Esto significa que si un estado debe renovar 5 bancas, se determinan 5 circunscripciones electorales, otorgándole a cada una la elección de un Representante, el cual obtiene su banca al obtener la mayor cantidad de votos.
Los mandatos de Senadores son de 6 años para ambos países, y también coinciden en renovar el Senado de a tercios. Pero difieren en la forma de renovación. Mientras que en Argentina los Senadores se renuevan en el mismo período cada 6 años, en Estados Unidos se renuevan en períodos distintos, mediando un turno electoral en el cual el estado no renueva Senador.
Argentina tiene fijado un cronograma de cuáles provincias renuevan senadores en el mismo turno, y Estados Unidos ha fijado qué senadores se renuevan en el mismo turno, calificándolos de “primera, segunda o tercera clase” según corresponda. La convivencia de representantes de distintos turnos electorales en Argentina se expresa en la Cámara de Diputados, y en Estados Unidos esta convivencia se refleja en el Senado.
Mientras Argentina incursiona en los primeros meses de una presidencia que derrotó a un oficialismo de 12 años, y Estados Unidos avanza en las primarias presidenciales en búsqueda del o la reemplazante de Barack Obama, resulta importante detenerse a observar a grandes rasgos las similitudes y diferencias de ambos sistemas electorales.
Evaluar los mecanismos de selección de representantes, para los puestos ejecutivos y legislativos, junto a la comparación de sistemas electorales entre países, nos permite acercar un diagnóstico respecto a cuán representativos son nuestros representantes, cuán efectivos son nuestros mecanismos de selección, y qué puntos podemos cuestionar para poder modificar y lograr un sistema más representativo.
(*) Facundo Despo
Vicepresidente-GEN Escobar
Secretario General Juventud GEN Primera
facundodespo@gmail.com