Corrupción policial y la necesidad de nuevos mecanismos de control
Un objetivo fundamental de la política de seguridad consiste en contar con un cuerpo policial a la altura de las circunstancias. Por Gonzalo Fuentes y Arballo (*).
La trama puesta al descubierto en el tiroteo entre efectivos de la Policía Federal y la bonaerense en la localidad de Avellaneda que culminará con un comisario muerto por un lado y dos policías federales heridos por el otro, apartamiento de efectivos y el allanamiento a la DDI de la Policía Bonaerense de Avellaneda, -en un entramado que vincula el “armado” de causas y encubrimiento del actores del narcotráfico-, no parecieran indicar que este sea el camino que han emprendido las fuerzas policiales, al menos en el conurbano.
Una y otra vez aquellos funcionarios políticos encargados de la seguridad nos comunican planes de mejoras en seguridad, rasgos repetitivos de dichas propuestas son: mejor entrenamiento, mayor equipamiento y paga adecuada, máxime en tiempos en los cuales el factor tecnológico ha tomado vital trascendencia.
Pero ¿conocemos la verdadera delimitación de tareas de los 93.000 efectivos de la policía de Buenos Aires?, ¿Y la de los efectivos que integran la policía Metropolitana y la Federal?
Argentina cuenta con una ratio de efectivos considerablemente más alto por habitante que otros países de la región sin una mejora en los índices por el simple incremento de la fuerza policial.
Ninguna policía está exenta del riesgo de la corrupción. Sin embargo, procesos de reforma policial con un enfoque integral contribuyen a minimizar este riesgo, en ese sentido resulta absolutamente necesario implementar cambios estructurales para lograr un doble objetivo: restaurar la confianza pública por parte de la ciudadanía en general y lograr el retornar a los integrantes de la policía las fuerzas morales necesarias para su correcta función en el esquema del Estado.
Para ello es necesario desarrollar estrategias preventivas para corregir fallas sistémicas que facilitan prácticas corruptas.
En ese sentido la comisaría es donde transcurre la mayor parte de la capacitación, el entrenamiento, y ejecución de las labores policiales diarias. Es allí también donde la comunidad tiene su interacción con la institución, nos encontramos aquí ante la necesidad de determinar cómo se produce la selección de altos mandos policiales, los cuales hoy en día carecen de un claro proceso selectivo abierto, decidiéndose el organigrama policial mediante resolución del mando policial, previa revisión y evaluación del legajo del aspirante por parte del departamento de personal.
Es precisamente en esta selección que debe combinarse una política de acercamiento a la sociedad civil que genere mayor rendición de cuentas para la restauración de la confianza. Ello para evitar que prevalezcan criterios subjetivos que nada tienen que ver con la verdadera idoneidad o mérito de quien resulta designado.
En ese tren de ideas es necesario un cambio de fondo en la forma de selección de cargos jerárquicos, debiendo implementarse un sistema que otorgue publicidad al acto de selección de comisarios y altos cargos policiales con conocimiento de los antecedentes de los candidatos, la exhibición de la declaraciones juradas personales y de cónyuge, permitiendo la participación de organizaciones no gubernamentales en el cuestionamiento del candidatos y con su divulgación por parte de los medios de información incluyendo difusión en la red y publicaciones locales.
Creemos que esta inclusión ciudadana en la elección de las autoridades policiales no solo generará una mayor transparencia en el orden de selección, sino que otorgará un real incentivo al personal policial debiendo meritarse sus posibilidades de acceso a los máximos cargos en función de antecedentes profesionales, y relación con la comunidad; evitando así el quedar librado a la política interna o de relaciones personales.
Hoy nuestro sistema policial no tiene los rasgos de elección electiva de jefes policiales como en el sistema norteamericano de “Sheriff» pero la propuesta permite una inserción del ciudadano en la elección de su Sheriff local.
(*) Presidente del bloque de concejales del Frente Renovador en Escobar