«Gobernamos con el pragmatismo necesario para saber qué es lo mejor para los argentinos»
El Presidente abrió un nuevo período de sesiones ordinarias del Congreso con un discurso de una hora y media ante la Asamblea Legislativa en el que condenó la «invasión» rusa a Ucrania, hizo un repaso de las acciones tomadas ante la pandemia y que tuvo como el capítulo más extenso a la economía.
El presidente Alberto Fernández sostuvo que gobierna «con convicciones firmes y con el pragmatismo necesario para saber qué es lo mejor para los argentinos y argentinas», y aseguró que, a pesar del «desaliento que atrapa a algunos», el país está «volviendo a ponerse de pie» tras la pandemia de coronavirus.
En el discurso de una hora y media que pronunció ante la Asamblea Legislativa para dar inicio a un nuevo período de sesiones ordinarias del Congreso nacional, el mandatario repasó los hitos y los próximos desafíos de su administración: «Debemos dejar de lado el desaliento que atrapa a algunos. Yo los escucho. Recorro el país y hablo con ustedes. Y veo cómo estamos volviendo a ponernos de pie», señaló.
Su mensaje ante la Asamblea Legislativa se inició unos minutos antes del mediodía y, en primer lugar, el Presidente hizo referencia a la situación en Ucrania al condenar la «invasión» de la Federación Rusa, tras lo cual pidió un minuto de silencio por las víctimas, así como por los muertos que dejó la pandemia de coronavirus.
Las consecuencias de la pandemia
Luego de pedirle «una oportunidad a la paz», Fernández recordó que «la Argentina es parte de ese mundo» y habló de los posibles impactos que puede sufrir un país que, desde hace dos años y con la pandemia de coronavirus, atravesó «uno de los peores momentos» de su historia.
«La realidad es que el mundo ha vivido un período excepcional y eso ha golpeado con mayor ferocidad en la Argentina por la situación económica y social que vivíamos en ese momento. Un sistema productivo muy deteriorado, una deuda insostenible con el Fondo Monetario Internacional, otra deuda virtualmente impaga con acreedores privados, una inflación desatada y una pobreza creciente», describió.
Acto seguido, el Presidente repasó las acciones realizadas por el Estado para mitigar los efectos de la pandemia y, después de señalar que uno de los desafíos fue «derrotar la falsa creencia de que la Argentina no tiene salida», resaltó que hoy el país «exhibe los mayores porcentajes de vacunación en un podio que comparte con China y España».
El capítulo central, la economía
A continuación, la economía tuvo el capítulo más extenso y central del discurso del Jefe de Estado, brindando allí algunos detalles sobre el tratamiento de la deuda externa con acreedores privados, las negociaciones con el Fondo Monetario, anunciando una ampliación del Swap con China y repasando cifras sobre la recuperación del empleo y la inversión.
En ese marco, Fernández recordó que fue su antecesor, Mauricio Macri, quién «decidió endeudar a la Argentina con el Fondo Monetario Internacional» sin consultar al Congreso y que los miles de millones de dólares no quedaron en el país sino que sirvieron para «financiar la fuga de capitales».
Cuando el Presidente anunció que lo acordado con el FMI no releva al Poder Judicial en su obligación de determinar «quiénes fueron los responsables de tanto desatino», una parte de la bancada de Juntos por el Cambio se retiró a los gritos del recinto.
Sobre el nuevo acuerdo, al que calificó de «entendimiento inusual», Fernández aseguró que «no acumulará nueva deuda a la ya tomada por el Gobierno anterior», sino que es una refinanciación.
«Se usará dinero del propio FMI que empezará a pagarse dentro de 4 años y medio. Podremos utilizar ese tiempo para que semejante carga de deuda no detenga el crecimiento. El acuerdo no resuelve el problema de la deuda externa, pero da un paso importante en esa dirección», agregó.
Además dijo que «no contempla restricciones» que posterguen el desarrollo y que la reducción gradual del déficit «será compatible con una expansión moderada del gasto primario real que permitirá apuntalar la fuerte recuperación económica en curso».
En el mismo sentido, negó que se hayan acordado «tarifazos» o restricciones a derechos laborales o jubilatorios.
En su mensaje, Fernández -quien pocas semanas atrás visitó Beijing- anunció que el lunes recibió «la confirmación del gobierno chino» para la ampliación y uso del Swap con ese país.
Respecto de la inflación, señaló su naturaleza «multicausal»: «Seguiremos la senda de ordenar las cuentas públicas sin condicionar nuestras políticas de justicia social».
Desarrollo y medio ambiente
Acompañado en el estrado por la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y por el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, el jefe de Estado también hizo referencia al desarrollo productivo con una «transición ecológica justa», a la economía popular, a proyectos para revitalizar la educación postpandémica, a la infraestructura, a la ciencia y tecnología.
Respecto del desarrollo social y económico, dijo que el país «necesita iniciar un proceso de desarrollo inclusivo que atienda la incorporación de quienes hoy reciben planes sociales» y habló de «Nueve Misiones Industrializadoras».
Entre ellas se destacan el reemplazo de tecnologías contaminantes, el fortalecimiento de la economía de la salud para lograr la autosuficiencia de insumos críticos, y el desarrollo de la industria de la defensa con la fabricación de radares, buques, drones, indumentaria, e industria satelital.
Reforma judicial
Sobre el Poder Judicial, dijo que se necesita «una reforma integral del sistema de administración de justicia federal» y aseveró que «la conformación y funcionamiento de la Corte Suprema de Justicia también debe ser objeto de análisis y decisión en este ejercicio legislativo».
Malvinas
A 40 años de la guerra de Malvinas, Alberto Fernández reiteró que la Argentina continúa «su búsqueda de una solución negociada y pacífica de la disputa de soberanía» sobre esa parte del «territorio que se encuentra usurpado».
«Esta época bisagra de la historia, de la Argentina, del mundo, del universo, necesita que le propongamos un sueño. Un propósito: queremos dejar de ser víctimas de todo y pasar a ser propulsores de algo. Pasar del miedo a la ilusión. De la muerte a la creación. Hay que sacar la utopía del pasado y volver a ponerla en el futuro», concluyó su discurso.