Luis Gerez, a nueve años del ¿secuestro?: “Fue mano de obra calificada”
El albañil fue protagonista de una historia que quedó para el recuerdo del mundo escobarense hace nueve años. Aquí, fragmentos del libro “El loco Patti” que se editará en 2016.
Pequeños extractos del libro “El loco Patti” llegan en un aniversario un tanto olvidado, pero que rápidamente vienen a la memoria. Se trata del secuestro de Luis Gerez, quien había denunciado al exintendente como quien lo torturó en los setenta.
Su desaparición abrió un abanico de teorías, pero todo quedó en la nada. Recibió a Gustavo García en su casa del barrio El Cementerio pero hablar sobre lo que pasó antes, durante y después de ese episodio, acaecido en diciembre de 2006.
Gerez recordó esa jornada, con algunos detalles olvidados, tal vez, adrede: “Faltaba poco para las fiestas, con un amigo mío estaba haciendo una revistita, íbamos a sacar el segundo número, estábamos con eso. Salí a comprar pollo, no era tan tarde, la calle no estaba muy iluminada y me chuparon”.
“Lo primero que imaginé, ya que fueron muy rápidos, hay gente que es profesional en esto. Esto fue mano de obra calificada. Más otros elementos: liberación de zona, hechos anteriores, amenazas. Uno dijo limpialo y se me vino el mundo abajo”.
Luego de eso, dijo que intentó olvidar el episodio: “Empecé a ver la famosa marcha que hubo en Escobar, algún día me atreveré a más, lo importante es que pude regresar, la familia me aceptó como era, mis amigos no cambiaron”.
Gerez, en su testimonio, dijo que a los 17 años cayó preso y reconoció, con los ojos vendados, la voz de Patti mientras lo torturaban en la comisaría, atado a una cama.
El albañil contó que en tres oportunidades le fueron cortadas las cuatro cubiertas de su auto, que además fue interceptado por un desconocido que le dio datos precisos de sus movimientos y los de su familia. También aseguró que otro desconocido le mostró un arma de fuego desde un vehículo mientras conducía a la altura del kilómetro 42 de la Panamericana.
Antes de fin de año y con el pedido de nada más ni nada menos que del entonces presidente Néstor Kirchner, Gerez fue liberado en Garín. Desde entonces, su vida no es la misma.