Mabel Ponce: “Garín es tierra de nadie y Sujarchuk elige a quién cuidar: si sos de Cambiemos, que te maten”
En una semana asaltaron a dos de sus hijos en la puerta de su casa, con armas de fuego, golpes y una impunidad aterradora. La ex edil expresó: “Espero que esto no tenga que ver con mi actividad política”.
Una llamativa y peligrosa sucesión de hechos delictivos de dudosa procedencia y una inusitada violencia se vienen registrando últimamente en el Barrio Amad de la populosa y humilde localidad de Garín, donde reside y sufre en carne propia la inseguridad la ex concejala, Mabel Ponce.
Pero no es el único sector de Garín que se desangra entre la pobreza y la inseguridad, que duele mucho más cuando te falta casi todo y te sacan lo poquito que tenés, te lastiman y vas a los desvencijados hospitales públicos a curarte. Barrios como Baldi, Cabot, San Javier, Villa Angélica, Bedoya y Cri Cri, entre otros, están plagados de hechos delictivos que se suceden día a día.
El caso de la ex edil opositora al intendente Ariel Sujarchuk es verdaderamente paradójico, ya que ella misma señala que fue “abandonada por el municipio en materia de seguridad por ser crítica de la gestión del publicista y actual jefe comunal”.
La gravedad de la denuncia de Mabel Ponce debería, por lo menos, activar las alarmas en la comuna de la flor y poner el ojo, los medios y la inteligencia política al servicio de resolver el tema acuciante y hostil que devela a los habitantes de la localidad más poblada del distrito y tal vez la más pobre.
Garín tiene actualmente unos 100 mil habitantes sobre un total de unos 250 mil que viven en todo el partido de Escobar. Es sin dudas el bastión peronista del que se nutre de votos y militantes al gobierno local y sin embargo “es la zona más olvidada por una gestión más estética que justa”, asegura la militante que terminó su mandado como legisladora en el pasado mes de diciembre.
Dos robos en una semana a hijos de la ex concejala
El sábado de la semana pasada, la hija de la ex edil estaba en la esquina de su casa cuando dos personas en una moto negra frenaron, bajaron, le pusieron un arma de fuego en la cabeza e intentaron robarle. Eran las 7 de la tarde cuando la joven empezó a gritar en medio de un forcejeo con los asaltantes; entonces los vecinos escucharon sus súplicas desgarradoras y salieron presurosos a la calle para poner en fuga a los maleantes.
Mientras que este viernes por la noche, Rodrigo, el hijo varón de Ponce, estaba en el portón de acceso a su casa, donde funciona su barbería, esperando a un cliente que iría a cortarse el pelo, cuando se acercó imprevistamente un hombre que lo manoteó de sus ropas, lo sacó fuera de la vivienda, le apuntó también con un arma de fuego y le robó las pertenencias que ocasionalmente tenía encima.
El delincuente se distrajo un momento después de darle varios culatazos en la cabeza y entonces Rodrigo le manoteó el arma, forcejearon y los gritos desesperados del joven peluquero volvieron a ser salvadores, como los de su hermana una semana atrás. Salieron a la calle familiares y vecinos y el ladrón huyó, como repitiendo la película de terror que había protagonizado involuntariamente la joven, pocos días antes y a la misma hora.
Entonces, la garinense llamó a la policía que nunca acudió al lugar de los hechos. Luego, cansada de intentar sin éxito que venga un patrullero, llevó a su hijo a un centro de salud donde lo asistieron, lo cosieron con seis puntos en la agrietada y dolorida cabeza, para luego recién llevarla a su casa.
Recién después de las 11 de la noche pudo acudir a la comisaría, donde le tomaron la denuncia. Hasta el momento, no hubo novedades sobre el paradero de ambos asaltantes, ni imágenes municipales que registren el hecho, “ni voluntad política de mostrar ganas de resolverlo”.
“Espero que se trate de un par de hechos más de la terrible inseguridad que se vive por estos días en todo el conurbano y no que tenga que ver con mi actividad política”, resumió preocupada la ex concejala.