Se trata de Villa Garrote, en el límite con San Fernando. Son 124 familias que “ya se sienten dueños del lugar, porque ya se los habían prometido a lo largo de distintos gobiernos”.

Hubo un tiempo fue hermoso, cantaba Sui Generis en 1984. En Villa Garrote, no hubo momentos tan hermosos, pero sí promesas. El proyecto Sueños Compartidos llegó con esperanzas de cambio. Pero el proyecto habitacional nunca se cumplió.

Actualmente, autoridades nacionales, provinciales y municipales están discutiendo una propuesta para llevarle a los vecinos. La toma es de 124 familias que ocuparon departamentos sin terminar del proyecto Sueños Compartidos dentro del barrio que les habían prometido hace 11 años y terrenos lindantes de la Agencia de Administración de bienes del Estado.

“Las familias quieren quedarse allí. Se sienten dueños del lugar porque ya se los habían prometido a lo largo de distintos gobiernos”, grafica el periodista Rodrigo Lescano. “Cuentan con el apoyo de los vecinos de la villa porque muchos son familiares. La situación de la toma surge como producto del hacinamiento dentro del barrio y de la crisis profundizada por la pandemia”, añadió.

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