Nunca un diputado millonario será más importante que una docente ad honorem
El concejo deliberante de Escobar aprobó por unanimidad nombrar a una plaza de Ingeniero Maschwitz con el nombre de Jorge Landau. Aunque en 1998, había sido homenajeada Pilar Larripa de Pagano, la primera docente de la localidad. La política sigue mirándose al ombligo. Por Gustavo García (*).
Con el afán de siempre buscar un homenaje que realizar, la política escobarense decidió nombrar Jorge Landau a la plaza que se encuentra frente a la estación de trenes de Ingeniero Maschwitz. O mejor dicho, decidió cambiarle el nombre anterior, Pilar Larripa de Pagano.
Jorge Landau, con quien tuve una buena y amable relación pese a la diferencia generacional, fue tal vez el dirigente político local más instruido que pasó por estos lares. Porteño él, se mudó a Maschwitz en los inicios de la década del ´80. Fue concejal, diputado y apoderado del PJ, entre otros lauros. Como dato de color, hasta llegó a tener un sueldo más alto que el del presidente Eduardo Duhalde, en tiempos donde fue director de Zona Franca La Plata.
A la par de su actividad política, tuvo varios emprendimientos comerciales como el Colegio Carlos Maschwitz, en el centro de la ciudad, que regentea su esposa.
Pero su vasto currículum político no alcanza para que de un día para el otro se decida cambiar el nombre de un espacio público que ya tiene identidad, y que homenajea a una de las familias originarias del pueblo, nada más ni nada menos que la primera docente que tuvo Ingeniero Maschwitz en sus albores.
Tal vez, los concejales y sus múltiples asesores no se hayan percatado que el 9 de noviembre de 1998 se aprobó, bajo el expediente 2874, el proyecto de ordenanza donde se impuso «el nombre de Sra. Pilar N. Larripa de Pagano a la plaza de la ciudad de Ingeniero Maschwitz, ubicada en la intersección de las calles Juan Manuel de Rosas (ex-El Dorado) y Av. Villanueva, frente a la Estación del Ferrocarril».
Pilar Larripa nació en San Fernando pero en su adolescencia se mudó para Ingeniero Maschwitz. Viajaba a diario en tren hasta San Martín, donde se recibió de Maestra Nacional en 1916. Su tarea educativa se inició «ad honorem» en la Escuela 14, la actual Escuela 13. Once años después fue nombrada como directora.
Se jubiló en 1937 y se la despidió con un agasajo en el Maschwitz Hotel, donde recibió un pergamino y una medalla recordatoria. En ese encuentro, Larripa expresó: «No hubiera creído nunca que el cumplimiento del deber, única credencial de mi modesta carrera, pudiera conquistar la consideración y afecto que tanto me conmueve y antes me confunde…».
No solo no hay motivos para apartar a Larripa, sino que el tiempo le dio más valor aún a ese nombramiento, y no hay ni habrá político que merezca reemplazarla.
(*) Periodista, docente, vecino de Ingeniero Maschwitz.