Cambiemos “B”, o cómo poder emular al peronismo nacional
En Escobar, la alianza opositora se parece al peronismo, donde lejos de unificarse pareciera ampliar la grieta interna. A fuerza de asados y apariciones en medios afines, el cambiemismo no costista se muestra sonriente en las redes.
Si bien al oficialismo de Cambiemos en Escobar (léase el costismo, que tiene la “licencia” de la alianza por esos pagos) asegura no sentirse molesto por la aparición (o más bien, oficialización) de un Resto del Mundo, el panorama a largo plazo pareciera que la brecha se ampliará más, pudiendo dejar heridos. Otra vez.
Pese a que al costismo abrió el juego en los últimos años, ampliando al equipo y sumando nombres y voces diferentes –aunque con una misma línea-, se armó y afianzó un Cambiemos “B”, o bien un lugar donde los que no son afines a Leandro y Roberto Costa pueden juntarse a comer asado y tomar de los mejores vinos que Mendoza puede brindar.
Este fin de semana, Walter Klix invitó el almuerzo al Equipo Castagnaro y otros que se nuclean para cuestionar en –no tan- silencio a los Costa y provocarlos con fotos en Twitter, Instagram y Facebook. También para repartir dentro del Círculo Rojo las publicaciones por Whatsapp, al mejor estilo Bolsonaro.
El empresario Mariano Castagnaro, con llegada a la TV Pública y a El Diario de Escobar a través de Walter Blanco, logra difusión en medios de comunicación y el resto se acopla. El residente de Nordelta llegó a la quinta del funcionario del Ministerio de Seguridad con Rutinis bajo el brazo, más su hermano Diego, concejal desde diciembre.
La exconcejal Susana Valenzuela y el maschwitzense Eduardo Gianfrancesco, entre otros, también fueron parte del asado en Palmer´s, donde se reunieron “con nuestros equipos técnicos a planificar una agenda de trabajo conjunta en pos del beneficio de los escobarenses”. Incomprobable.
Mientras el peronismo local une lo más que pueda (vecinalismo, comerciantes, massismo, cooperativistas, recicladores, etc.), Cambiemos pareciera imitar al peronismo nacional, donde a ocho meses del cierre de listas las aguas están divididas y sin un horizonte donde aúnen fuerzas para derrotar a un enemigo fuerte.
¿Diego Castagnaro dejará la bancada que preside Esteban Colley? Probablemente. ¿Mariano Castagnaro conseguirá lista? Imposible, a Vidal no le gustan las internas y el empresario gastronómico no mide. ¿La gente conoce a Walter Klix? No. Entonces, la duda es: ¿Por qué lo hacen?
El verano no despejará dudas. Pero dará un panorama de lo que podrá darse en el otoño, con la recta final a la vuelta de la esquina. Igual, como suele pasar en la política, los melones se irán acomodando solos en el carro.
Gustavo García
Periodista, docente. Descendiente de Doña Eugenia Tapia de Cruz